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OLIGOPOLIO CINEMATOGRÁFICO EN MÉXICO (O EL IMPERIALISMO CULTURAL)

Junio 2024, by Carlos Alvarado Butanda.


El cine es mi arte favorita. Hoy los amantes del séptimo arte agradecemos que podemos acceder de manera legal o ilegal a un gran número de películas a pesar de las múltiples restricciones en Internet, aunque sea únicamente en pantallas de uso privado (streaming). A pesar del desarrollo de conocimiento y tecnología, al menos en México, aún la exhibición de películas en salas de cine es muy limitada y monopolizada.

Dentro de las industrias culturales, la particularidad de la industria audiovisual es que permite que cada país pueda producir imágenes de su comunidad y de su cultura (Bordat 2010). Porque la imagen impregna, a través de un momento, la identidad de un pueblo. El cine es una industria cultural aparte: es parte de la identidad cultural de una nación además de ofrecer testimonios de su historia. Es un instrumento de comunicación con objetivos plurales: narrar, representar, comunicar, informar, enseñar, crear... “produce la síntesis entre el conocimiento y el reflejo sensorial y sensitivo necesario para su mayor proximidad a las representaciones sociales” (Río de la Loza Purón, G., 2015.)

​Asistir a una sala de cine es una experiencia por demás gratificante, permite que un cúmulo de personas puedan acceder y disfrutar de una obra de arte, provocando un hecho cultural relevante. Pero en México el oligopolio de las salas de cine es un gran problema que afecta tanto a la comunidad cinematográfica mexicana, como a la sociedad mexicana por estar limitada en su acceso a películas que forman parte importante del desarrollo cultural.


​Cómo indica el director Lars Von Trier en su película Epidemic, “Una película debería ser como una piedra en el zapato". La producción cinematográfica es en su naturaleza complicada, comparada con otras artes, esta requiere la participación de múltiples sujetos para hacer realidad tan magníficas obras, la inversión suele ser alta sobre todo si se quiere lograr los estándares más altos en la industria, y aunado a esto la distribución es un gran problema, al menos en México.

​En México existe un oligopolio en la distribución de cine. Las marcas conocidas como Cinemex y Cinépolis, para el año 2022 son quienes poseen el 92.44% de salas en el país, por un lado Cinépolis cuenta con 54.44% y Cinemex con 38% (https://www.opportimes.com/cinepolis-gana-participacion-de-mercado-a-cinemex-en-mexico/). Esto no sería un problema si las compañías (que no nos molestaremos con nombres ni personajes), dueñas de estas marcas se condujeran con principios mas allá de perseguir solo fines económicos. Localizamos distintas afectaciones: 1.- el doble oligopolio, estas dos compañías también restringen las películas que se exhiben dando alta prioridad a películas extranjeras, sobre todo de nacionalidad estadounidense, afectando así a las producciones mexicanas y el acceso a los bienes culturales diversos; 2.- el costo elevado que representa asistir al cine afectando de igual manera el acceso a los bienes culturales para la población con recursos limitados; 3.- fomentar la cultura de consumo.

​Los creadores mexicanos se ven sumamente afectados, por lo que denominamos como el doble oligopolio, es decir, no solamente dos compañías controlan las salas de exhibición, sino que otro pequeño montón de empresas gringas (sic), dominan los espacios dentro de los proyectores. Afectando así o limitando el acceso a que producciones mexicanas o de cualquier otra nacionalidad del mundo entero puedan exhibirse en uno de los países con mayor consumo de cine.

En 2003 se estrenaron en el país 272 películas, de las cuales 24 fueron mexicanas, 24 francesas, 14 españolas, 14 inglesas, 7 alemanas, 156 estadounidenses y algunas más de otros países. “(Huerta, 2004:02). Claramente podemos observar la baja cantidad de películas mexicanas o de otros países que se estrenaron en comparación a la presencia norteamericana. ( Arriaga Vitela, R. 2008).

Las cifras no son tan distintas para el año 2009:

La distribución de películas en el mundo está dominada por seis grandes empresas internacionales: 20th Century Fox, Disney, Sony, Warner Brothers, Universal y Paramount. En 2009 las películas controladas por estas distribuidoras representaron 73% de los ingresos de taquilla en México, lo que significa que el espacio existente para el resto de las películas no producidas por las majors es reducido.  (Martínez Piva, J. M., Padilla, R., Schatan, C., & Vega Montoya, V. 2010).

​La situación continúa en México para el año 2022, año que tenemos contabilizado hasta la fecha por parte del IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía) famoso por regalar dinero a producciones mexicanas, elegidas no precisamente por su calidad o fines, sino por formar parte de una red de beneficiados con estímulos fiscales. Los Top 10 de boletos vendidos en complejos de exhibición comercial en México en 2022, corresponden a las distribuidoras Universal Int', Walt Disney Int'l, Warner Bros Int'l y Paramount Int' (Instituto Mexicano de Cinematografía 2023).

​El Informe anual de IMCINE 2022 también nos indica que el número de estrenos exhibidos en complejos es sumamente dispar para producciones mexicanas frente a las extranjeras, correspondiendo solo un 22.22% para las películas nacionales en 2022:


​Otro dato interesante es el número de pantallas destinadas para las películas mexicanas, donde dentro del “Top 20 de Películas mexicanas estrenadas en complejos de exhibición comercial en México en 2022”, la que tuvo mayor numero de pantallas equivalió a 1949 y la menor fue 1. Mientras que para el “Top 10 de boletos vendidos en complejos de exhibición comercial en 2022”, películas estadounidenses todas ellas, la película a la que más pantallas se le destinó sumo un total de 7367 y la que menor pantallas tuvo sumó 7258.

​Podríamos continuar con cifras que evidencien la desventaja que sufren las películas mexicanas frente a las extranjeras, sobre todo estadounidenses. Esto sin duda afecta a la sociedad mexicana, que se ve restringida respecto al acceso a los derechos culturales, y los autores, artistas y productores son violentados debido a que los espacios para exhibir sus obras son controlados por reglas de dos empresas.

​El costo de asistir al cine representa una barrera más para que el grueso de la población pueda asistir a las salas de cine, aunque sea a disfrutar de contenido basura o contenido que perpetúa las ideologías de poder. "Las salas de exhibición en México están actualmente concentradas en ciudades, y solamente el 20% de la población con mayores ingresos asiste con regularidad al cine. Los mexicanos en promedio van al cine solo 1,7 veces al año, mientras que en otros países, sobre todos los desarrollados, este número casi se triplica." (Martínez Piva. p.40)

​En el Informe de INEGI 2022 ya citado, encontramos que “en 2018, se estima que 63.5 % de los hogares de estrato alto y 98.4 % de los de estrato bajo no gastó en cine.” ( Instituto Mexicano de Cinematografía. p.165). Parece alto el porcentaje de personas que no gasta en cine, incluso para los hogares de estrato alto, lo cual podría incluso darnos una pauta para proponer que los ingresos millonarios por exhibición, corresponden precisamente al precio alto no solo de boletos sino de la cultura de consumo que se detecta, donde visitar el cine representa un gasto alto. “Todavía el público supone que los cines son salas de proyección donde hay dulcerías. En realidad, los cines son dulcerías a las que se les han añadido salas de proyección de anuncios y de una que otra película (Gómezjara, 1995:43).” ( Arriaga Vitela. p.71.).

La creciente concentración del poder económico y social en una menor cantidad de personas expresado en el mercado cinematográfico con la concentración en el consumo en sectores sociales acomodados y en un fuerte incremento del precio de las localidades se tradujo en una práctica expulsión de las salas de amplias franjas de la población, tanto en los centros urbanos como en el interior. El crecimiento posterior del número de salas y de espectadores, no representó en la mayoría de los casos un retorno al cine de los sectores de menores recursos, sino una concurrencia más asidua por parte de los mismos consumidores sociales (Getino 2006). (Rio de la Loza. p.44). 

​Nos encontramos entonces ante un escenario terrorífico, en la que dos compañías multimillonarias controlan la exhibición de la séptimo arte, el monstruo de Hollywood invade las pantallas con sus historias perpetuadoras de la ideología y poder dominante, mientras el espectador paga caro por una experiencia de ocio y apagado de conciencia, mientras consume sal en las palomitas y azúcar en su refresco.

...las exhibidoras recurren a esquemas de concentración y centralización que incrementen su participación en el mercado. Por medio de la concentración horizontal o expansión interna, los complejos cinematográficos comienzan a diversificar su producto mediante el ofrecimiento de bienes complementarios, como las palomitas, refrescos y dulces, lo que provoca una diferenciación de su producto y les da herramientas para actuar de la mayor manera posible como monopolios. (Rio de la loza. p.156.)

​Para finalizar este episodio, traemos una testimonial de la película Roma, dirigida por Alfonso Cuarón. Un fenómeno que, a primeras luces, podría demostrar que un gigante del servicio de streaming de películas (Netflix) puede hacer frente a estos dos Oligopolistas mexicanos, pero no es así:

El estreno estuvo signado por una serie de especulaciones muy atípicas. Se trataba de la muy esperada película de Alfonso Cuarón, uno de los directores mexicanos más reconocidos y premiado… En los días previos a este suceso, las especulaciones empezaron a girar en torno a un hecho: no estaba claro que la película fuera a ser exhibida por las grandes salas de cine. Al parecer, sólo podría verse en algunos espacios alternativos…
Al parecer, el problema residía en que la plataforma no estaba respetando el periodo de ventana entre el estreno en cines y por otros canales (en este caso, en Netflix). Había dos cosas que resultaban peculiares: era muy extraño que una película de estas características no se estrenara en las grandes salas, y esto se debía a un problema entre Netflix, que había coproducido la película y contaba con los derechos de distribución, y las grandes cadenas (Cinemex y Cinépolis). Es importante notar que ambas exhibidoras contaban, en la época del estreno, con un 92.5 por ciento de las salas en México (Canacine, 2018), por lo que el hecho de que estrenaran o no la película marcaba una gran diferencia en más de un sentido…
En principio parecería que Netflix desafía un statu quo: el tiempo de ventana. Lo hace porque su tecnología, su modelo de negocios y su capital le dan la posibilidad de desafiar a las grandes exhibidoras, al producir contenido sobre el cual conserva también los derechos de distribución. Obtiene este poder disruptivo al erigirse como un actor relevante en la distribución de contenidos, fenómeno probablemente más central que la producción misma del contenido, tal como han señalado Cunningham y Silver (2013), y también, porque es capaz de ofrecer una ventana de exhibición alternativa, que le permite saltarse a los grandes jugadores de la exhibición, antes imprescindibles. (Battezzati, S. (2020)).

​Podemos rescatar de este testimonio que aunque la película sea de uno de los directores más reconocidos mexicanos, premiado por estadounidenses y europeos, con posibilidades de generar millones de pesos, no fue exhibida en el, mas o menos 90% de las salas en México. No fue capaz de hacerle frente, ni con la ayuda de Netflix, a los términos unilaterales de Cinépolis y Cinemex para exhibición en salas. 

¿Qué trato pueden esperar las productoras independientes?


Mtro. Carlos Alvarado Butanda.

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Río de la Loza Purón, G., 2015. Fallas de mercado en la industria cinematográfica nacional. Tesis de Licenciado en Gestión Cultural. Guadalajara, Jalisco: Universidad de Guadalajara, Sistema de Universidad Virtual. p.31.

Arriaga Vitela, R. (2008). La cultura de cine en Morelia como efecto del monopolio de Cinépolis [Tesis de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación]. Repositorio Académico Digital Institucional de la Universidad Vasco de Quiroga, Morelia, Michoacán, México. http://dspace.uvaq.edu.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/2000/Texto_completo.pdf?sequence=1&isAllowed=y p.77.

Martínez Piva, J. M., Padilla, R., Schatan, C., & Vega Montoya, V. (2010). La industria cinematográfica en México y su participación en la cadena global de valor. Serie Estudios y Perspectivas (México, DF). Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). https://hdl.handle.net/11362/4903 p.38.

Instituto Mexicano de Cinematografía. (2023). 2022 Anuario estadístico de cine mexicano. ISSN: en trámite. https://www.imcine.gob.mx/Pagina/Noticia/anuario-estadistico-de-cine-mexicano-2022-y-la-vitalidad-en-la-produccion-del-cine-mexicano p.134

Battezzati, S. (2020). La disputa simbólica por clasificar un nuevo producto cultural: el caso de Netflix durante el estreno y la premiación de la película Roma. Norteamérica, 15(2), julio-diciembre. https://doi.org/10.22201/cisan.24487228e.2020.2.410 p.71-73.

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